Hasta ahora, ya hemos visto:
Y ahora, vamos a ver cómo cuidarlas en cada caso.
Empezando por el principio, es importante recordar que, aunque nuestras joyas estén fabricadas en Plata de Ley 925 y en Oro de 9k y 18k, hay situaciones externas que pueden afectar a su apariencia: el contacto con productos químicos agresivos, el sudor (y su ph), la exposición a productos de limpieza e, incluso, el choque con otras joyas en tu joyero podrían contribuir al desgaste, pérdida de brillo y aparición de arañazos en tus joyas.
¿Qué puedes hacer, entonces, para mantener el brillo (y la vida) de tus joyas durante más tiempo?
Aquí van 3 consejos de artesanos que nosotros mismos ponemos en práctica con nuestras propias joyas del día a día (qué sería de un joyero sin una joya encima… ¿no crees? Sería como ser ciclista y no tener una bici en casa. Raro, raro, raro…)
Como ya te adelantaba hace unas líneas, tus joyas podrían llegar a ser el peor enemigo de tus joyas. Y no, no me he liado. Me explico:
Piensa que, incluso en el caso de la plata con baño en rodio, tanto la plata como el oro son metales blandos y esto significa que pueden arañarse e, incluso, deformarse con facilidad. Si tú guardas tus joyas todas juntas chocando unas con otras, o las llevas puestas juntas, corren el riesgo de que la fricción y choque entre ellas acabe estropeando el aspecto de la superficie.
Y no pienses que te hablo de lejía o amoniaco. Cualquier producto o líquido podría afectar a la salud de tus joyas: cloro, agua salada de mar, pasta de dientes, productos de limpieza del hogar e, incluso, algunos productos de higiene personal, cosméticos, ¡perfumes! (muy importante) y tu propio sudor.
Está claro que no vas a dejar de llevar tus joyas porque sudes. ¡A ver qué haríamos entonces en Córdoba durante el verano con la caló que tenemos aquí!
Simplemente, se trata de evitarlo en la medida de lo posible, protegerlas y, si es inevitable, limpiarlas con un paño ligeramente húmedo para retirar cualquier agente corrosivo de su superficie.
Eso sí: lo del perfume tenlo en cuenta. Los perfumes y colonias pueden llegar a causar estragos en tus joyas, especialmente si su contenido en alcohol es alto. Por eso, siempre que puedas, aparta o retira tu joya antes de aplicarte perfume y, después, te la vuelves a poner. Un pequeño gesto que devolverá grandes resultados 🙂
Es la mejor forma de distribuir el desgaste y minimizar el impacto en una sola pieza. Quizá en los colgantes y medallas sea más complicado. Al fin y al cabo, hay veces en las que queremos llevarlos siempre puestos y, si les damos la vuelta, seguramente pierdan su sentido.
Pero con el resto de tus joyas, procura que no estén siempre en la misma posición (exactamente igual que se hace con las plantas de interior). Gira ligeramente tus anillos cada pocos días, cambia el orden de tus pulseras, mueve la cadena de tu colgante y rota tus pendientes siempre que la joya lo permita.
Recuerda que la próxima semana hablaremos de qué hacer con tus joyas si se ponen feas, ya sean de oro o de plata. Por ahora, aquí dejamos los 3 consejos que parecen muy obvios pero que, a menudo, no tenemos en cuenta.
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Con cariño,
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